viernes, 26 de noviembre de 2010

Tema 2: La danza en el Barroco



Introducción
La danza en Francia con Luis XIII
La danza en el Barroco en Francia: Luis XIV
Las primera bailarinas profesionales
Otros géneros de escpectáculo
La danza en España



Introducción
El término barroco, en un principio utilizado para designar un estilo artístico se acabó aplicando a una época de la cultura europea que abarca desde finales del siglo XVI a principios del XVIII.
El Barroco representa un periodo histórico de gran valor cultural en el que vivieron grandes artistas, científicos, escritores y filósofos (René Descartes, Cervantes, Galileo Galilei…).
En Italia se desarrollará sobre todo el drama lírico que se convertirá en ópera, donde la danza quedará relegada a los intermedios.
En Inglaterra triunfarán los mask que venían realizándose desde el Renacimiento. Los protagonistas serán los nobles e incluso los monarcas, convirtiéndose en elemento de propaganda política.
En cuanto a danza se refiere Francia había adquirido la primacía absoluta que durará dos siglos. El siglo XVII estará dominado en Francia, por Luis XIII y Luis XIV, que quitará la supremacía política y económica a España.

La danza en Francia con Luis XIII
            Bajo el reinado de Luis XIII la acción de los ballets fue bastante sencilla, siendo los elementos primordiales el vestuario y la maquinaria teatral, y los lugares de representación los mismos que en épocas anteriores: salas de palacio, salones de castillos, etc.
            Un elemento muy importante se añade a la escena con respecto a los Ballet de Cour, y es la elevación del escenario a unos 50 centímetros del suelo, y el colocar dicha tarima en un extremo de la sala (hacia 1640). Poco a poco esta tarima se irá elevando hasta alcanzar 1,80 metros, existiendo conexión entre la sala y el escenario por medio de rampas y escaleras.
            El modelo de escena a la italiana se adoptará poco a poco y provocará un cambio muy importante en la forma de ver los espectáculos: la danza pasará de ser contemplada desde un punto de vista alto y rodeando el espectáculo a ser vista de frente. Este cambio provocará que la coreografía acentúe la simetría de conjuntos, combinando pasos con gran rigor y armonía y focalizando todo hacia el centro de la escena.
            Al reducirse el espacio de la representación, los bailarines reducen las evoluciones coreográficas y le dan prioridad a otros elementos como el en dehors y la “verticalidad”, es decir, el desarrollo de los pasos saltados, de la batería, es lo que se llama la danza de elevación. Este tipo de danza ya no podrá ser practicada por cualquiera, por lo que se ponen las bases para el nacimiento de la profesionalización.
            Esta nueva forma del espacio escénico provocará que alrededor del escenario se desarrollen nuevas formas que faciliten el cambio de escenario, el uso de la maquinaria y de la tramoya, y que aparezcan nuevos elementos como el telón. El telón separará definitivamente al público de la escena, suponiendo así mismo un elemento de sorpresa.
            Otros elementos utilizados son las plataformas giratorias, los bastidores deslizantes, el uso de fuego y agua en escena (por medio de telas).
            El vestuario también se desarrolla, dando vía libre a la imaginación los modistos, se llenan de adornos y artilugios.
            Los dos ballets más conocidos de este periodo son: Ballet de la liberación de Reinaldo (1617) y Ballet de la prosperidad de las armas de Francia (1641) entre otros.

La danza en el Barroco en Francia: Luis XIV
            La decadencia del ballet de cour por la repetición de fórmulas se detuvo al ocupar el puesto de cardenal y también de ministro del estado, tras la muerte de Richelieu, Mazarino, gran amante de la ópera. Sin embargo este género no terminaba de agradar al público. Y es ahí donde intervino, Jean Baptiste Lully, que a la muerte de Mazarino, reformó la ópera prescindiendo de los cantantes italianos para poner a los franceses, y sustituyendo las músicas por melodías de raigambre francesa. Con eso se ganó no sólo el favor del público francés, sino el apoyo del monarca Luis XIV.
            Éste fue la gran figura del ballet en el s. XVII, Luis XIV, el Rey Sol, quien apareció por primera vez a los catorce años en el Ballet royal de la nuit. Los ballets seguían siendo una mezcla de poesía, música y danza, inspirados en la mitología griega o romana. Durante su reinado reunió a los mejores artistas de cada arte: Pécourt, Bocan y Beauchamp se encargaban de la danza, Lully y Couperin de la música, Molière de los argumentos, Bérain de los trajes y Vigarani de los efectos escénicos.
            En 1661 constituyó la Real Academia de la Danza, lo que hizo que ésta pasara de las calles o los salones a una escuela, empezando el estudio sistemático de la misma y la creación de espectáculos. La Academia Real de Música se fundó en 1669, con el deseo sobre todo de impulsar la ópera, que andaba por sus inicios, y de los ballets que éstas tenían, para lo que la Academia contaba con un cuerpo de ballet permanente.
            Beauchamp, maestro de esa escuela, empezó a codificar su enseñanza, a convertirla en danse d’école. Cabría mencionar que la danza subió a los escenarios, con lo que esto supuso que se crearan coreografías que pudieran adaptarse a las nuevas exigencias visuales. Pero uno de los elementos fundamentales fue la introducción del en dehors. Se barajan diversos motivos pero uno de los fundamentales fue que permite una mayor movilidad de las piernas de forma independiente al torso, también que permitía una visión en ángulo sobre el escenario, de manera que el público pudiese apreciar mejor los pasos desde diferentes puntos de visión. Finalmente una razón estética, que tenía que ver con el lucimiento de los tacones de los zapatos que tanto la corte como el monarca lucían en los espectáculos. Derivadas del en dehors se codificaron las cinco posiciones de pies cuyo nexo de unión era el battement tendu, que suponía la presentación del pie a la audiencia.
Pero no sólo se estableció el vocabulario, sino que la danza empezó a desarrollarse adquiriendo poco a poco unidad tanto dramática como musical, y en esto intervienieron Lully y Molière. Lully consiguió que la música de un espectáculo de danza fuera compuesta por un mismo músico, algo inaudito en la época, así como también diseñada por un único artista. La unidad dramática de los ballets corrió a cargo de Molière, creador de las comédie-ballets. Hacia 1680 la danza había experimentado un desarrollo importante, de forma que se la llamaba belle danse.
            En 1681 tuvo lugar el estreno de El triunfo del amor, con música de Lully y coreografía de Beauchamp y Pécourt, en la que bailaron cuatro mujeres, hecho que fue muy celebrado y que marcó un punto de inflexión en la evolución de la danza. Algunos autores consideran a este ballet como el último ballet de cour, pues empiezan a nacer nuevos géneros y estará de moda el mezclar unos con otros.
            La técnica se plasmaría de la mano de Feuillet en el libro Coreografía o el arte de escribir la danza, en 1700, inspirada en los trabajos de Beauchamp y que fijó el vocabulario francés de danza. Feuillet inventó un sistema de notación de la danza que permitió que algunas coreografías se hayan conservado hasta nuestra época, aunque tan sólo en lo que a diseño coreográfico y pasos se refiere, nada nos dicen del uso del torso o de los brazos.
            Las danzas más en boga en la época fueron la bourrée, la corrente, la chacona, la giga, el minué, el paspié y el pasacalle, siendo de todas ellas el minué la que más se desarrolló. En estas danzas eran de gran importancia las reverencias bien antes, durante o después del baile, siendo éstas de diferente forma. Este auge de la danza propició la demanda de bailarines y maestros de baile franceses, por lo que fueron ellos los que establecieron las bases de la danza clásica internacional. Los mejores profesores fueron también los más célebres bailarines: Beauchamp, Louis Pécourt, Feuillet y Marcel.
            Sin embargo los profesores enseñaban también en provincias y a diferentes clases sociales. Algunos de los más importantes fueron:
Claude Ballon (1671-1744): Bailarín, coreógrafo y pedagogo francés. Considerado uno de los mejores bailarines de la época con una gran capacidad para realizar saltos sin esfuerzo. Fue alumno de Pécourt y partenaire de Prévost y de Subligny.
Michel Blondy (1675-1739): Bailarín, coreógrafo y pedagogo francés, será maestro de Marie Camargo, María Sallé y Franz Hilverding.

Las primeras bailarinas profesionales
            Lully empezará a sustituir a las damas de la corte por bailarinas profesionales formadas por el maestro Beauchamps. Las primeras bailarinas profesionales que aparecieron en el escenario de la Ópera de París son Mademoiselles Roland, Lepeintre, Fernán y La Fontaine.
            El estilo francés se va refinando poco a poco haciendo énfasis en la colocación y la coordinación de movimientos, buscando siempre la armonía y el equilibrio. Los bailarines y maestros serán reclamados por toda Europa.
El desarrollo de la técnica es mayor en los hombres, pues llevaban unos pantalones cortos llamados tonnelet, mientras que las mujeres veían limitados sus movimientos por los pesados trajes y los zapatos de tacón.
Algunas de las bailarinas más importantes fueron:
Mademoiselle de La Fontaine. Considerada la primera bailarina solista. Debutará con la Real Academia de la Música con El triunfo del amor. Tuvo tanto éxito que se le permitió el coreografiar sus propias entradas en las óperas de Lully.
Marie-Thérèse Pardou de Subligny. Bailarina francesa que fue pareja de los mejores bailarines de la época como Ballon y Blondy. Sucedió en la Academia de la Música a La Fontaine y fue alabada por su expresividad, aunque criticada por su falta de en dehors. Fue la primera bailarina francesa que actuó en Londres, en 1700.
            Françoise Prévost. Bailarina muy expresiva y con una gran técnica que superará rápidamente a Subligny, convirtiéndose en la primera bailarina de la Academia de la Música. Será también pareja de Ballon y Blondy y será eclipsada más tarde por sus alumnas Marie Sallé y Marie Camargo.

Otros géneros de espectáculo
En este periodo la danza se introduce en los géneros teatrales primero entre los actos para más tarde formar parte de la acción. Las piezas ya serán interpretadas por profesionales lo que a su vez llevará a una comercialización de la misma y a generar competitividad, lo que mejorará la calidad técnica y artística de las obras.
Comedia-ballet. Género dramático, musical, lírico y coreográfico inventado por Molière en 1661. El espectáculo se basaba en intermedios cantados y bailados que se entremezclaban en la comedia. La obra estaba precedida de una obertura musical y un prólogo cantado y bailado. El género terminará con la muerte de Molière. Algunos ejemplos: El burgués gentilhombre, Los amantes magníficos… en los que colaboraron Beauchamps y Lully.
Tragicomedia-ballet. Género mixto de la ópera francesa entre la tragedia y la comedia. Estará en boga desde mediados del XVII hasta finales del XVIII. La primera se estrenó en 1671, Psyché, con música de Lullly, texto de Molière y coreografía de Beauchamps. Su estructura es de tres actos precedida por un prólogo. La temática suele favorecer la mezcla entre la realidad y la fantasía lo que propiciará el desarrollo de la maquinaria y los decorados suntuosos.
Tragedia-ballet. Fue el género considerado mayor en Francia por ser el más noble y el más serio. La idea partió de Lully que fusionó la tragedia y la danza al hacerse cargo de la dirección de la Academia Real de la Música en 1672. La característica principal fue el adaptar la música a la lengua francesa poniendo énfasis en la claridad del texto.
Se compondrá de obertura, prólogo y cinco actos, donde la música y el canto serán el hilo conductor, pero donde la danza tendrá su lugar en cada acto, por lo que los cantantes debieron aprender también danza. Las óperas de Lully estaban basadas en los dramaturgos franceses Racine y Corneille. Serán también muy importantes tanto la maquinaria como los cambios escénicos, que pasaron a ser cada vez más ambiciosos y espectaculares.
Ópera-ballet. Género de espectáculo específicamente francés en el que se conjuga el canto con el baile. Surge después de la muerte de Lully y se caracteriza porque la acción cantada se reduce a favor de la danza. Se trata de un puro divertimento, basado en el Ballet de Cour. Su estructura consta de un prólogo independiente más 3, 4 o 5 entradas y un epílogo final. El tema se expone en el prólogo y se retoma al final, recordándose en cada una de las entradas. También ocurre que las entradas sean independientes de cada entrada aunque exista un tema común. Por eso las entradas tienen bastante autonomía y pueden cambiarse de orden. La danza no sólo será un ornamento, sino que tendrá una función narrativa. Difiere también de la tragedia-ballet en la temática, que expondrá personajes contemporáneos y temas exóticos: será una mezcla de comedia y fantasía.
            Los trajes guardarán relación directa con los de la época y estarán llenos de adornos y retoques, serán pesados y largos. Tanto los hombres como las mujeres llevarán peluca.
            Será un género visual en el que la parte más importante corresponderá a la danza. Se realizará por profesionales y se creará por inspiración de los artistas y no como el Ballet de Cour con motivo de alguna celebración.
            Algunas obras: El ballet del templo de la Paz (1685) -considerada como la primera-, La Europa galante de André Campa (1698), Les Indes galantes, de Jean Philippe Rameau (1735).

La danza en España
            En plena decadencia económica y política el arte conoce uno de sus momentos de máximo esplendor. La danza estará presente en los espectáculos y celebraciones, aunque casi siempre en conflicto con la censura de la Inquisición.
            La traducción de la obra de Cesare Negri, La gratia d’amore, fue importante para los maestros de danza españoles que lo utilizaron como guía de aprendizaje.
            En España se distinguen dos estilos de danza bien diferenciados:
            -Las danzas de cuenta, ceremoniosas y reposadas
            -Las danzas de cascabel, desenfadadas
            Se irá desarrollando un estilo de danza propiamente español, donde será característica la espectacularidad, los grandes saltos, trenzados, giros, elevación de piernas, la competitividad en los hombres y la sensualidad en las mujeres.
            Los maestros de danza españoles trabajarán también por Europa y exportarán danzas como las zarabandas, chaconas, folías y canarios.
            Se tiene constancia de la existencia de un maestro de baile, Pedro La Rosa que contribuyó a sentar las bases de las seguidillas (baile surgido entre el siglo XVI y XVII).
            Las dos fuentes que aportarán información sobre las coreografías y el arte de la danza son:
            -Discurso sobre el arte del dançado y sus excelencias y primer origen, reprobando las acciones deshonestas (1642), de Juan Esquivel Navarro. Encontramos una descripción detallada de pasos utilizados en la danza española y que revelan la influencia en esos momentos de la técnica italiana.
            -Libro de Danzar de don Baltasar de Rojas Pantoja. Último tercio del siglo XVII escrito por el maestro Juan Antonio Jarque.
            La afición más importante en el Siglo de Oro español fue el teatro, que se representaba en los corrales. Dentro de estas representaciones se incluía la danza en ocasiones. La función de la danza dependía de la obra y podía ser:
            -formar parte de la acción
            -reforzar el carácter de algún personaje
            -remarcar una situación
            -final de la obra
En el XVII nacerá el género de la zarzuela donde se conjugarán partes instrumentales, vocales y habladas.
Los autos sacramentales y la festividad del Corpus Christi siguen celebrándose e introduciendo partes bailadas como se vio en el tema anterior.

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