lunes, 5 de octubre de 2020

UN AMOR, de Sara Mesa

           


               Hacía ya tiempo que quería conocer a esta autora por varios motivos. Uno de ellos es que había escuchado hablar bien de ella, otro que uno de sus libros tiene el mismo título que un libro de relatos que voy a publicar en breve (no desvelaré cuál para mantener el misterio).

viernes, 12 de junio de 2020

NEFANDO, de Mónica Ojeda, editorial Candaya


Novela no apta para mentes estrechas, timoratos ni sensibilidades a flor de piel. La lectura de Nefando es dura y árida; la propuesta es, iba a decir atrevida, pero creo que salvaje es un adjetivo más adecuado.

domingo, 10 de mayo de 2020

Danza: realidades como puños


Ahora, que la danza ha sido tan loada por unos y por otros; más visionada que nunca por gente que no ha asistido a una representación en el teatro en su vida; tan compartida en las redes incluso por los propios profesionales que jamás comparten el material que no sea suyo; tan admirada por los timoratos que se escandalizan a la mínima; ahora, qué.

No nos engañemos, seguimos siendo el pariente pobre de las artes, la gran olvidada de la educación, la menospreciada de la sociedad (¿Bailas?, ¿pero a qué te dedicas de verdad?). Y no va a cambiar. Es pesimista este mensaje, lo sé; pero es la verdad: nada va a cambiar. Se avecinan tiempos de crisis profunda y seguiremos estando a la cola de todo: de preferencias de los políticos; de asistencia de público a los teatros (cuando se pueda, ¿será?); de estudiantes tanto profesionales como amateurs; de patrocinadores, etc. (si es que queda algún etcétera que añadir a esto).

No ayuda que este virus maldito que nos toca sufrir tenga como especial característica para su prevención el distanciamiento social. La danza es cuerpo, es carne, es contacto, es aliento y sin todos estos ingredientes, ¿en qué quedamos convertidos los profesionales de este arte?

jueves, 9 de abril de 2020

Microrrelatos de Noelia Vicente Selfa II


Sigo con los publicados, hacía tanto tiempo que ni me acordaba de ellos.
Dentro de poco habrá sorpresas...



lunes, 6 de abril de 2020

"Danza en escena", una revista de danza en formato digital




 
    La edición de revistas especializadas en danza es muy limitada, sobre todo en nuestro país, donde es un arte que no tiene demasiado aficionados y donde, digámoslo claramente, no se le da demasiada importancia a la danza ni a su estudio.

    Pues he aquí un poco de historia sobre la revista que nos ocupa:
La revista Danzaenescena nace en el año 2003, al mismo tiempo que se inaugura en Logroño la Casa de la danza: Casa de la Danza
   

martes, 31 de marzo de 2020

Ballet y mujer en Ana Abad Carlés, "Coreógrafas, pedagogas y directoras I"


Ahora que estamos confinados en casa y tenemos tiempo para leer, mucho tiempo, he decidido darle un tirón a este libro que empecé hace unos días. Debo reconocer que me sorprende la prosa fácil que tiene la autora, no es ello una crítica ni mucho menos, más bien un halago, pues recorres las páginas con facilidad. Ya en su primer libro, Historia del ballet y de la danza moderna, Ana Abad nos mostraba con entusiasmo y dedicación precisamente lo que reza el título de la obra, y con este nuevo volumen, una extensión de lo que fue su tesis doctoral, nos pasea por la danza con una nueva perspectiva, la de la exclusión de la mujer por diversos motivos que va desgranando. El libro está dividido en entornos geográficos por lo que el lector puede decidir consultar por separado una zona que le interese más que otra, pero he de decir que hay un hilo conductor en el discurso que se perdería, sobre todo si obviamos el entorno británico.
El libro se puede adquirir en la plataforma Amazon
Así, descubrimos cómo Marie Sallé no sólo fue una gran bailarina que desafió los cánones de la época, sino que también fue coreógrafa, y que las piezas de la gran Nijinska se “perdieron” en su mayoría, y las dos que se conservan –unas joyas- son el germen del neoclasicismo, que la historia atribuye a un varón, por supuesto. Las envidias y los celos desgraciadamente forman parte de cualquier actividad humana, también de la danza, y eso ha propiciado muchas veces el olvido premeditado, la ignorancia (en el sentido de ausencia de atención) del trabajo.
La lectura ha sido más lenta, porque me he asomado a algunas de las obras que se mencionan, invitación que hago a quien lea estas líneas, pues así se comprende mucho mejor de lo que se está hablando.
Son estas mujeres -Nina Anisínova, Agnes de Mille, Ruth Page, Mona Ingelsby, Mercedes Quintana, Marie Rambert, Janine Charrat, Andrée Howart, Ninette de Valois-, las que, a lo largo del mundo, trabajaron con dedicación y entusiasmo para crear coreografías, metodologías, para impulsar el arte que amaban a través de compañías de danza y de dar oportunidades a talentos que, en su mayoría, por ser hombres, tuvieron el camino más fácil y obtuvieron el reconocimiento que sus antecesoras o contemporáneas no gozaron.
De todas estas mujeres es quizás Alicia Alonso de la que más memoria se tiene, indudablemente su unión con el poder político y su determinación la convirtieron en un elemento imprescindible para entender la danza en Cuba.
También Vagánova o Ninette de Valois son figuras ampliamente conocidas, y con un fuerte soporte de poder detrás sin el cual no hubiesen podido continuar su labor.
Es evidente que la historia se conserva por la voluntad o no de quien la escribe, y que las coreografías se conservan o no por la voluntad de quien asume las responsabilidades artísticas de las compañías, y en eso las mujeres han sufrido una clara exclusión (a veces perpetrada por las propias mujeres) en favor de los hombres. Y, en este arte, lo que no se ve, no existe. Debido a esta ignorancia a muchos hombres se les ha atribuido novedades que ellos aprendieron, vieron o copiaron de mujeres, pero al no permanecer estas obras (de mujeres) en los repertorios, el discurso no se puede contradecir.
Interesantísima la reflexión final sobre cómo se han tratado los datos dentro de la propia investigación de danza -realizada por mujeres-; la tendencia a analizar todo lo acontecido a través del prisma male gaze (mirada masculina) anulaba a muchas mujeres que, a lo largo de la historia, sí habían realizado un trabajo creativo importante y no se habían contentado con ser ejecutantes del poder masculino: querer defender una teoría a toda costa puede, a veces, ser contraproducente.
Es por ello que se convierte en necesaria la aparición de publicaciones que, como ésta, reivindiquen el papel que la mujer tuvo en la historia de la danza no solo como intérpretes sino como generadoras de coreografías, técnicas, compañías de danza, pedagogías. Si sus obras se han perdido o están mal conservadas, al menos su recuerdo hará que no se borre del todo su existencia.
Pronunciemos sus nombres para que otras generaciones sean conscientes del camino que ya hay recorrido, pronunciemos sus nombres para que no se pierdan en el olvido.

viernes, 27 de marzo de 2020

El ballet (la danza) y el cerebro


Este vídeo explica brevemente algunas de las funciones cerebrales que utilizan los bailarines y por supuesto también las personas que bailan sin ser profesionales.
 Neuroplasticidad, neuronas motoras, neuronas espejo y automaticidad son las funciones principales que desarrollamos las personas que bailamos. Aunque tampoco debemos olvidarnos de la importancia de la respiración, el hablar con uno mismo, la visualización y la auto reflexión como herramientas fundamentales que marcan la diferencia a la hora de la ejecución/interpretación de la danza.
Con el baile no solo entrenas tu cuerpo sino también tu cerebro: ¡Anímate a bailar!


miércoles, 25 de marzo de 2020

"La estratagema", Léa Cohen




Primera novela terminada (que no libro) en este estado de alarma.
            Adquirí esta novela, como hago con casi todas un poco por azar, sin leerme demasiado la sinopsis para no enterarme de toda la trama. Descubro que la autora estudió musicología y piano y leo las dos primeras líneas del principio y me decido por él. 

lunes, 16 de marzo de 2020

Microrrelatos de Noelia Vicente Selfa





Aquí os dejo unos microrrelatos que escribí y que se publicaron en el Diario Información el 27 de diciembre de 2007, en el Suplemento Arte y Letras, después de haber ganado el Concurso de Microrrelatos de la Universidad de Alicante. Gracias a Joaquín Quílez, que fue quien me lo ofreció.

jueves, 27 de febrero de 2020

Ramón Bascuñana, “El dueño del fracaso”


                


Estuve esperando un buen tiempo hasta que pude asistir a la presentación de este libro de poemas de la mano de su propio autor, en la librería 80 mundos: me gusta escuchar a los poetas hablar de su propia obra y recitar algunos de sus poemas.
Pasados unos días comencé su lectura, una noche cualquiera.
El alter ego del autor nos lleva de la mano para realizar un recorrido que se inicia con una subida compleja, penosa, donde el fracaso nos cae como una losa y parece que no nos deja ni respirar. Después llegamos al cénit del libro, la parte central, donde el poeta pasea libremente por la tristeza y la melancolía y nos ofrece una belleza que nos conmueve, se adentra en nuestra piel y deambulamos a su lado, empapándonos de sus emociones. Más adelante seguimos con él, acostumbrados a la derrota, a la decepción, a la desidia que ha calado ya tanto en nuestro ánimo que parece formar parte de nosotros.
Como tabla de salvación solo le queda y nos queda la poesía, los versos, la escritura. Así que, al igual que nos va desvelando motivos de su estado, nos va descubriendo su quehacer poético, su preocupación palpable por el tiempo y la creación literaria. El poema, dice, solo sirve si es capaz de calar en nosotros y llevarnos a cuestionar el mundo que nos rodea, las normas que seguimos. Bascuñana lo consigue -calar- con habilidad,  y esto no lleva a seguir pasando la mirada por sus versos para descubrir qué más puede haber, nos obliga a parar la lectura para asimilar, en silencio, su dolor que ahora es también nuestro.
A lo largo de la lectura pienso: "no puede ser Ramón (me dirijo a él aunque sólo lo haya saludado unas pocas veces), déjanos un atisbo de esperanza, una luz al final del camino, este viaje duele". Pero Bascuñana nos arrastra con maestría hacia los infiernos, donde se siente a gusto, donde nos muestra y nos descubre las heridas y los versos, las cicatrices y las palabras, el tiempo, la vida con sus rutinas y el poema, con su verdad desnuda que nos emociona.



jueves, 20 de febrero de 2020

Eileen Chang, "Un amor que destruye ciudades" y "Bloqueados"





 Esta novela ha sido como un soplo de aire fresco: corta en su extensión pero grande en su calado.
Me encontraba atascada con la lectura del 4 3 2 1 de Paul Auster (al que admiro), un tanto exasperada con tanto azar y posibilidades narrativas, y me he adentrado en esta autora china, que no conocía, cuyo libro adquirí no por azar sino por voluntad propia al visitar por primera vez la singular librería alicantina Farenheit 541. Mi contribución a la valentía del proyecto de abrir en estos tiempos un comercio que vende libros fue este, que está publicado por Libros del Asteroide, editorial que cada vez me fascina más con sus propuestas.
Pues bien, la aparente sencillez de la obra es eso, aparente.
En esta historia podemos percibir el complicado funcionamiento de la sociedad china tradicional, la introducción de la modernidad en esas estructuras por voluntad y deseo de la protagonista, el amor y el forcejeo entre las parejas, y para finalizar, la guerra. Destrucción y desastre contribuyen a afianzar una relación: las situaciones límite empujan a los protagonistas a definir sus sentimientos y a definirse frente al otro, deshaciéndose definitivamente del peso de la tradición. Pero todo se lee con una fluidez asombrosa, un relato que atrapa sosegadamente.
Encontramos, además, imágenes maravillosas, pequeñas descripciones como miniaturas que nos dan una pincelada poética que se posa sobre nosotros con delicadeza.
No es menos interesante el relato Bloqueados, añadido que suma puntos a la edición. Una situación inesperada, el bloqueo de un tranvía, permite que un hombre y una mujer se encuentren y que cada uno genere, atendiendo a sus necesidades y su realidad, la ilusión del amor. Ilusión que se va desvaneciendo desde el momento en que una campanilla anuncia el final de este bloqueo, hasta desaparecer por completo.
Este viaje a oriente me ha resultado muy grato y he de decir que repetiré. A veces, para disfrutar de grandes historias no es necesario leer muchas páginas, sino las justas.

martes, 18 de febrero de 2020

José Carlos Martínez y su “Gran Gala Estrellas de la danza”


Teatro Principal de Alicante, 13 de febrero de 2020


         
Fotografía de Jesús Vallinas. Lucía Lacarra y Matthew Golding en After the rain.

          Tengo que confesar que no soy demasiado amante de las galas donde se ven números sueltos de diferentes artistas, sin embargo, estas suelen ser ocasiones excepcionales para disfrutar de profesionales que sería muy difícil ver juntos, pues trabajan en compañías diversas, que, por lo general, no pasan por España, y menos por ciudades donde la actividad dancística es escasa o más bien nula.

Dicho esto, intento asistir a tantos eventos de danza/ballet que tengo a mi alcance, y cómo no, este era indispensable para todo balletómano. El gran artista José Carlos Martínez organiza, después de su paso por la Compañía Nacional de Danza, galas de estrellas en diversas ciudades de España. He asistido a dos de ellas, una en Murcia y esta última en Alicante.
La gala, con algunos altibajos, destila calidad, sobre todo en lo concerniente a la interpretación y a la técnica. Estupendo estuvo Sergio Bernal, en las dos galas a las asistí, en sus dos números, tanto en el Zapateado de Sarasate –a pesar de que el linóleo haga un efecto de sordina indeseado en su maravilloso zapateado-, como en el delicado y poderoso El cisne.
Gran privilegio fue admirar a la gran diva Lucía Lacarra, con sus maravillosas extensiones y su porte etéreo, y casi irreal de tan perfecto, con su espléndido partenaire Matthew Golding. Sin embargo los dúos fueron de factura similar, tanto en la estética como en la concepción, y, según mi parecer, hubiese sido más interesante el poder ver otra faceta interpretativa y técnica de esta pareja.
La pareja venida de Portugal, Filipa de Castro y Francisco Sebastião Salgado, destacaron en su pas de deux de El corsario, realizando las proezas de esta tan conocida pieza del repertorio con maestría.
Sonia Vinograd y Ricardo Castellanos, tras una aparición correcta para abrir el espectáculo, brillaron definitivamente en las Llamas de París, con una interpretación llena de vitalidad, grandes proezas técnicas y precisión.
Los pasos a dos contemporáneos aportaron algo de contraste, a pesar de ser un tanto largos y similares en su concepción, mientras que la música en directo, concretamente el arpa, interpretada por José Antonio Domené fue una inesperada y maravillosa sorpresa.
En general la gala fue dinámica en su ritmo, algo que el espectador entendido agradece sobremanera, y con momentos brillantes, esos instantes que, desde la butaca, se perciben como únicos.
Fotografía de Jesús Vallinas. Filipa de Castro y Francisco Sebastião en El Corsario.

Fotografía de Jesús Vallinas. Iratxe Ansa e Igor Bacovich en A point of clarity.

Fotografía de Jesús Vallinas. Todos los participantes.