Microrrelatos de Noelia Vicente Selfa II

Sigo con los publicados, hacía tanto tiempo que ni me acordaba de ellos.

Dentro de poco habrá sorpresas...

Primer premio del Concurso Narrativa hiperbreve de la Universidad de Alicante, 2007.

CRUCE DE CAMINOS

            Desde el día en que un joven estudiante, inexperto y alocado, la atropelló inesperadamente, arrastrando su cuerpo unos metros por la calzada, cruza con precaución por los pasos de peatones. Se dieron los teléfonos -ante la preocupación de él y el susto de ella-, y se encontraron varias veces con la excusa del accidente; las primeras ocasiones en cafeterías, y luego en habitaciones de hotel. Cuando ya no hubo motivos para citarse, él la siguió llamando, esperanzado en poder iniciar una relación seria, pero ella ya atravesaba sin mirar por los semáforos en rojo de las avenidas.

Relato seleccionado en el concurso “Cuentos menudos” de la Universidad de Alicante, 2003.

NOTICIAS

    Hoy Ruth mira las noticias en la televisión; normalmente no lo hace, se limita a compartir las veladas con Jacques, mirando algún reality show. La última vez que estuvieron juntos descubrieron, con una lata de cerveza en la mano, la vida de Nilda Pérez, de ascendencia cubana, que odiaba los ronquidos de su marido y decidió amordazarlo, causándole la muerte, aunque, eso sí, ya duerme de maravilla la anciana, y cuenta su historia con una sonrisa en la boca y un cóctel con sombrilla incluida en la mano.

    Ruth no comparte ya la cerveza, la bebe sola, vestida con una camiseta patriótica, llena de estrellas. Por primera vez se interesa por lo que pasa fuera de las fronteras, en ese otro mundo desconocido; y ve a Jacques en su pequeña pantalla, diminuto y con aire de tristeza, mientras alguien le vuela la cabeza en un instante.

 

AA. VV., Pluma, tinta y papel II, Ed. Diversidad Literaria, Madrid, 2013.

RINCÓN DE SUEÑOS

De pequeña era un espacio en mi cabeza, ocupado por fantásticas aventuras, sucesos increíbles que se desarrollaban en las horas de tedio y de juego. Ahora es tangible e invade parte de mi pequeña casa, conquistando los días de tristeza, recordándome que los detalles llenan el corazón de alegría más que las quimeras imposibles.