Estuve
esperando un buen tiempo hasta que pude asistir a la presentación de este libro
de poemas de la mano de su propio autor, en la librería 80 mundos: me gusta
escuchar a los poetas hablar de su propia obra y recitar algunos de sus poemas.
Pasados unos
días comencé su lectura, una noche cualquiera.
El alter ego del autor nos lleva de la mano
para realizar un recorrido que se inicia con una subida compleja, penosa, donde
el fracaso nos cae como una losa y parece que no nos deja ni respirar. Después
llegamos al cénit del libro, la parte central, donde el poeta pasea libremente
por la tristeza y la melancolía y nos ofrece una belleza que nos conmueve, se
adentra en nuestra piel y deambulamos a su lado, empapándonos de sus emociones.
Más adelante seguimos con él, acostumbrados a la derrota, a la decepción, a la
desidia que ha calado ya tanto en nuestro ánimo que parece formar parte de
nosotros.
Como tabla de
salvación solo le queda y nos queda la poesía, los versos, la escritura. Así
que, al igual que nos va desvelando motivos de su estado, nos va descubriendo
su quehacer poético, su preocupación palpable por el tiempo y la creación
literaria. El poema, dice, solo sirve si es capaz de calar en nosotros y llevarnos
a cuestionar el mundo que nos rodea, las normas que seguimos. Bascuñana lo
consigue -calar- con habilidad, y esto
no lleva a seguir pasando la mirada por sus versos para descubrir qué más puede
haber, nos obliga a parar la lectura para asimilar, en silencio, su dolor que
ahora es también nuestro.
A lo largo de
la lectura pienso: "no puede ser Ramón (me dirijo a él aunque sólo lo haya
saludado unas pocas veces), déjanos un atisbo de esperanza, una luz al final
del camino, este viaje duele". Pero Bascuñana nos arrastra con maestría hacia
los infiernos, donde se siente a gusto, donde nos muestra y nos
descubre las heridas y los versos, las cicatrices y las palabras, el tiempo, la
vida con sus rutinas y el poema, con su verdad desnuda que nos emociona.
Noelia ahora tengo que leer esa obra, me gusta mucho tu estilo, la descripción de la obra y tu uso muy justo y sabio de la palabra, Sospecho que tras de esto hay una escritora en ciernes, no creo equivocarme, tenes mucha literatura a cuestas seguramente, me explico, me equivoco, veo una interesante narradora, imaginacion y temas no te deben faltar. �� Chau Marcos
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