Aquí os dejo
unos microrrelatos que escribí y que se publicaron en el Diario Información el 27 de
diciembre de 2007, en el Suplemento Arte y Letras, después de haber ganado el Concurso de Microrrelatos de la Universidad de Alicante. Gracias a Joaquín Quílez,
que fue quien me lo ofreció.
Salir-se con la suya
La única vez
que llamó la atención fue cuando se arrojó por la terraza de un séptimo piso, y
ni siquiera esa vez pudo disfrutar de su éxito.
La noción del tiempo
Su primera cita fue a las ocho de la
tarde. A las seis ya estaba arreglada, a las siete salía de casa, a las ocho
llegaba al lugar acordado, a las nueve pensó que su reloj funcionaba con
retraso, a las diez decidió volver sola y recuperar el tiempo perdido.
Wolfgang decide sentarse en una
pequeña butaca mientras espera ser recibido en palacio, y coloca los codos
sobre las rodillas, repasando mentalmente las piezas que va a tocar más tarde,
unas veces hacia delante, otras a la inversa, como un juego interminable que se
repite hasta el vacío.
A lo lejos, unas damas vestidas de
oscuro pasean con calma arrastrando por el polvo del pequeño sendero sus largos
y ricos trajes, llevan un aire cadencioso, se demoran en la conversación y ríen
echando hacia atrás la cabeza con delicadeza y desenfado. En las manos, unas
sombrillas del mismo estampado que dejan ondular cual diapasón -péndulo que
corta el tiempo, irremediable-, al ritmo que marcan sus pasos, andante.
Los últimos fulgores del día están por
venir, la Reina de la noche cubrirá con su frío manto la desagradecida ciudad,
mientras Tamino espera tocar la flauta mágica en busca de la sabiduría y el amor
eternos.
Algo
útil
Siempre he querido dedicarme a la
escritura, ha sido una fijación en mi vida, después, claro está, de haber
querido ser bailarina, arqueóloga, y directora de un teatro; pero desgraciadamente
nada de eso ha sido posible; falta de talento en unos casos, y de contactos en
otros.
“Tendrías que haber estudiado algo
útil” -siempre me ha dicho mi amiga Eva, la enfermera pragmática-. Odio esta
palabra: útil.
Pienso todo esto mientras doblo ropa
interior mecánicamente y escucho que la hora de cierre de la tienda está al
caer.
Al
estilo de Saramago
Quién es ese hombre que me persigue
y que es igual que yo, No sé quizás seas tú mismo, Y no será mi sombra, Las
sombras no tienen colores ni sentimientos ni deseos, responden a los
movimientos de sus dueños, son sólo sombras, Pues tendré que averiguarlo, A
veces es mejor no saber, igual es tu doble, Pues si es otro yo, tendré que
hacerle algunas preguntas sobre mí mismo, No preguntes, indaga con la
experiencia, que puede ser tu yo malévolo, el intolerante e intransigente, el
que no atiende a la caridad ni a los buenos sentimientos, Pues déjame que sepa
qué se siente, Te arrepentirás.
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